sábado, 16 de junio de 2007

Una semana como ninguna.

Recuerdo la noche del domingo pasado cuando rezaba para que la semana que venía fuera de lo mejor, que se viniera bueno y que Dios nos cuide a todos... Todo en ese momento era tranquilidad, paz y confianza en un futuro mejor. Pero la mañana siguiente todo se me derrumbó: Continuaba la rutinaria levantada de la cama, cuando me fui a despedir de mi hermosa y adorada madre, la cual con sus ojos rojos de tantas lágrimas derramadas me dice las tres palabras que nunca esperaría: "El tata falleció". Allí fue donde mi pecho es comprimió de tal manera que nada lograba salir de mis labios. Lo único que atiné a hacer fue lanzarme a los brazos de mi madre a darnos apoyo mutuo a través de un fuerte y caluroso abrazo.
Lo que continúa en la historia ha sido una de las semanas más difíciles de mi vida: Sin palabras saliendo mi boca, mi padre llevándome al colegio me contó como había ocurrido tal terrible incidente. Al llegar a éste, me encontré con mi prima, que más que mi prima es mi hermana, la cual destrozada desde la noche anterior cayó a mis hombros para consolar su pena, en donde yo no pude aguantar y me quebré dándole la mejor de mis fuerzas y apoyos. Aquella mañana fue un mar de pensamientos, vacíos, extrañesas y sentimientos que nunca había sentido (o que tal vez había sentido pero no me acordaba por el no-acostumbramiento).
Luego de mi almuerzo, fui de nuevo al colegio; allí intenté hacerme el fuerte y seguir con la vida normal, lo que no logré exitosamente.
A las 6.15PM, mi padre vino a buscarme a mi casa para ir a la casa de mis abuelos por primera vez. Mi abuelo se encontraba en Chillán cuando improvistamente -a las 01.00AM- le dio un ataque al corazón. Mi familia (mi abuelita, tíos y primos) se vinieron a las 8AM dejando toda su vida botada, los cuales llegaron alrededor de las 5PM.
Al llegar a la casa que había vivido alegrías, crianzas, risas y experiencias maravillosas; me sentí tan mal que tuve que aprender a vivir con ello: El tan acogedor living ya no era lo que era, sino un velatorio lleno de gente que, si no lloraba, me miraba con extrañeza. Mientras caminaba por el pasillo me inundaron sentimientos extraños, los que se borraron con el encuentro de una de mis primas que vivió el incidente con sus manos, la cual cayó en mi pecho a lágrimas sin palabra alguna. En aquel momento me di cuenta que debía ser fuerte para ayudar a la otra gente a aprender a serlo también, ya que el abrazo caluroso de mi prima me llegó al corazón y me dijo lo mucho que era para ella y el pilar que podía llegar a ser. Luego de esto, la madre de mi prima me abrazó también con lágrimas en los ojos diciéndome que me extrañaba y que ayudara -tanto a ella como a sus hijas, mis 2 primas- a llevar el sentimiento de tristeza, que les había tocado pesado la noche anterior y que me necesitaban más que nunca.


Después de esto, tuve que saludar a todos mis familiares, lo cual era un agrado, pero para las circunstancias del encuentro, porque una cosa es verse en vacaciones, y otra muy distinta es saludarte al fallecimiento de un ser importantísimo en nuestras vidas. Lo que más me costó fue pasar por medio de la gente sentada frente al ataúd y llegar al lado de él para saludar a mi abuelita, quien siempre me recibía con una sonrisa y un abrazo... Pero no, no esta vez. Con lágrimas en sus ojos me abrazó con mucha fuerza y sin decir palabra me transmitió el dolor que sentía y lo fuerte que era para la familia una pérdida así.
Entre ayudas y conversaciones, pasó la noche, y en modo de distracción, fui a manejar en práctica, pero nada de eso logró sacarme el incómodo sentimiento que te apreta el alma hasta más no poder. Alrededor de la medianoche, con primos llegamos a la casa, cansadísimos ante tan pesado día, a intentar cerrar los ojos y no ver aquel ataúd que tanto nos oscurecía la vida.
Al otro día, Martes 12 de Junio, donde la noche ni se notó, me tuve que levantar corriendo al informarme que mis compañeros de curso estaban donde mis abuelos, presentes para darnos la fuerza que necesitabamos tanto a mí, como a mi prima, como a mi familia. No llegué a tiempo, pero al menos los vi en la calle y vi su intención de saludarme y hacerse presentes ante tal gris situación. Aquella mañana pasó volando ante la reunión de los 8 mayores primos para ver el texto que presentaríamos en la misa de defunción, la cual sería a las 3PM de ese día. Una reseña y una carta de importancia le escribimos, además de unas frases representantes de nuestro sentir por tan hermoso y maravilloso hombre.
Eran las 3PM, era hora de salir rumbo a la misa, en donde el Club de Cueca San Carlos de Ancud -el que era perteneciente mi abuelo- dio nota de aquello. Al partir hacia la iglesia San Francisco, totalmente lleno de gente, mi tía se pegó una cueca improvisada frente al ataúd, acción que llenó de lágrimas los ojos de todos y que nos infló el pecho de orgullo por lo patriota y folklorista que fue nuestro líder familiar.
Luego de una hermosa misa, donde una de los miembros del Club de Cueca se pegó un pie de cueca oficial frente al ataúd y caracterizada por el hermoso mensaje que escribieron mis primos más pequeños que me llegaron al corazón: "Tata, haz que la abuelita no llore más - Tata, ven a verme por favor", continuamos nuestro rumbo hacia el cementerio. Allí, seguidos por la cueca en nuestros oídos, llegamos al mausoleo de la familia Martínez-Álvarez, el lugar del descanso eterno de mi tatita lindo. Mi prima cantó "Viejo, mi querido viejo" entre sollozos, canción que todos cantaron en forma de despedida.
Finalizada la ceremonia, comenzó la convivencia familiar (completa, ya que estaban todos) post-muerte, la cual no fue muy agradable al inicio. Todos acompañando a mi abuelita, la cual tenía sus bajones de repente, pero todo fue más tranquilo desde aquí.

Al otro día, luego de una noche de "descanso", continuamos viendo los detalles de tan triste acontecimiento: Esa mañana nos tocó ver todas las cartas de agradecimiento, anotando nombres y direcciones, y encuestando qué gente había llegado al velorio. El número final redondeó las 350 personas. Llegada la noche, partimos nuevamente a las casas luego de dejar todo tristemente puesto en su lugar, organizando todo para el día siguiente. Esa noche con 2 primas y mi hermana nos mandamos una conversación muy buena, remarcando todos los puntos importantes de esta ocasión y lo nuevo que nos espera: La vida SIN él. Nos quedamos hablando a las las 4AM, y a mí justo se me había ocurrido ir al colegio la mañana siguiente, por lo que dormí sólo 2.5 horas, ya que me quedé estudiando para una prueba.

Jueves: Me levanté para ir a colegio, me fui con mi prima que me quiso acompañar de oyente. Una mañana sin mucho movimiento. A la hora de almuerzo, mi abuelita quiso hablar con los 11 nietos: La Caro, La Gina, el Migue, la Dari, el Belén, La Cami, La Coni, Yo xD, El Gonza, la Ninna y el pequeño Rodri. Era hora de entregar recuerdos de nuestro querido tata. Las tías y mi abuela decidieron regalar cosas representativas: A mi me dieron las espuelas de mi tata, con las que bailó y bailó su tan amada cueca, yo aún estoy con el pecho inflado de orgullo de tenerlas en mi poder, y me dio la fuerza y entusiasmo de aprender a bailar el baile nacional en honor a él. Con mucho orgullo acepté tan hermoso regalo, y con lágrimas en los ojos con mis primos abrazamos a nuestra abuela que ahora nos necesitará más que nunca.
En la tarde tuvimos que despedir a alguna gente que se iba, entre ellos mis primos queridos, que ya los extraño. Luego fuimos a la misa en conmemoración de mi abuelo, la cual estuvo bastante bonita a mi parecer.

Ayer entre otras cosas tuvimos que seguir estando con mi abuelita, ayudar a afinar detalles, y rezar. A las 8PM tuvimos que rezar un rosario en grupo, muy bonito. Hoy también, además que algunos fueron al cementerio. Yo me quedé en la casa para estar con mis primos.

Pesada semana, sí, pesada semana. Pero bueno, ahora más tranquilo, con más fuerza, a pesar de lo nuevo que es para mí pasar todo el día donde mis abuelos y no estar con uno de ellos.

Me faltaron mis amigos, de verdad. A pesar del apoyo de mi familia, que fue grande, me senti muy acogido.. Pero me faltaron mis amigos, que me preguntaran como estaba, como estuvo el funeral... Cosas así... De verdad que en estos momentos se necesita a la gente. Pero bueno, igual se hicieron presente en la casa. Gracias.
Tranquilo, y orgulloso, por tan hermoso hombre que conocí durante mis 16-17 años de vida. De verdad, aquel cuequero, flocklorista, tormentero, abuelo, padre, y todo junto, que fue para mi un MARTIR, un ejemplo a seguir, alguien que realmente que implantó el respeto, la alegría, la pasión, la organización, la responsabilidad, y el ser correcto. De verdad gracias por existir en vida Tata, fuiste una gran persona y siempre lo serás en mi corazón. Te quiero, frase que debí decírtela, pero que nunca lograron salir; pero que no significa que no lo sentí. Gracias y hasta siempre. =)

4 comentarios:

Unknown dijo...

KakO:

No sé por donde empezar. Aquél tan extenso relato, quizás tan extenso como el momento que viviste en esta fuerte experiencia, se me hace breve. El por qué es que cuando nos deja una persona tan importacia todas las palabras son breves. Como tú sabes estoy pasandoo un momento muy parecido, sólo que he tenido la "suerte" que la agonía de mi abuelo ha sido progresiva y no tan fulminante como un ataque al corazón. Kako no sabes que tan profundo calaron tus palabras en mis sentimientos, sobretodo ahora que hoy visité a mi abuelo y está muy mal. Creo que spy afortunado en poder decirle ahora cuanto lo quiero, pero com tu me cuesta decirselo. Pucha amigo que ganas de darte un fuerte abrazo de apoyo, tan fuerte como´el que to necesito en estos momentos.Ahora tenemos que ser fuertes y salir adelante y sacas fuerzas de donde no las hay y apoyar a quines son más débiles que nosotros.
Dios te ebndiga a ti y a tu gente.

Un abrazo del porte de un buque AMigo y para cualquier cosa estoy acá, un poco lejos, pero no dudes en pedir mi ayuda.

Anónimo dijo...

querido kako: lei con emociòn lo que escribistes, estoy segura que tu tata sabe cuanto lo querias y cuanto lo vas a extrañar, no va a ser facil seguir la vida sin èl, era sin lugar a dudas el que nos reunia a todos junto a la mesa no solamente para compartir los asados, sino para dejar presente siempre el sentido de familia, y en honor a el, vamos a salir adelante, a pesar de las dificultades, porque somos una verdadera familia, nos mueve el amor que sentimos unos por otros, y la fortaleza de tu abuelita tambièn nos va a ayudar a superar esto, y ,la pena si bien quedara para siempre , el dolor se ira mitigando, el Señor, sera nuestra fuerza y mientras pongamos nuestras penas en èl , las iremos superando de a poco. Te envio un abrazo muy apretado,te quiero mucho y ven a verme cuando puedas. se despide con un beso tu tia gÛachona.

Anónimo dijo...

mmm un resumen lleno de emociones... recordaremos siempre a nuestro tatita y ahi ke tener fuerza y fe de ke saldremos adelant...

kuidat muxo primo y ahora ke miu abue esta " solita " alla aprovexala al maximo...

kuidat arto

bsos

Anónimo dijo...

kako, uta k lata no haber podido estar alla. lA dura es cuando uno más necesita a gente que te apoye, aunk sea solo con un abraso. Hay que ser fuerte y seguir adelante, ya que de esto se aprende.
se t extraña washo del as..



ns veremos pronto
tu regalo llegara para t cmple.

pd: pero mami fumate una cannabis! xD