martes, 30 de septiembre de 2008

Extraño.

Nunca has despertado un día con un presentimiento?
No sé, que algo malo pasará. Tienes apretado el pecho y crees que olvidaste algo, que algo se te pasó o simplemente que algo está ocurriendo y tú no lo sabes.
Que vas caminando por calle, onda recién comenzando tu día... y quieres que acabe, que todas las horas que estarás despierto pasen rápidamente hasta el momento en que vuelves a tu cama a olvidar que existe un mañana.
No quieres hablar con nadie, que nadie se mueva, ni que ocurra nada extraño. Por única vez en la vida, quieres NORMALIDAD y tranquilidad. Esa monotonía de la vida se te hace imprescindible, pero ya no existe. Todo te parece distinto.
Un bocinazo, una frenada fuerte, una pausa más larga, un atraso, una llamada por celular inesperada, una oscuridad, un silencio infinito y miles de cosas te ponen nervioso y frenético.
Es raro, pero te vuelves nostálgico, como que quieres a todos y deseas decir muchas cosas. Te defines perceptivo, escuchas cosas que siempre habían pasado por tus oídos, pero que nunca te detuviste a escuchar, ves lo inmirable y crees que todo es especial.
Es como si fuera el último día de tu vida, o el fin del mundo. Pero no es así. Termina el día y te das cuenta que... nada malo pasó. Que fue una mala jugada de tu corazón y que ya todo es respiración simple. Y vuelves a cerrar los ojos, como todas las noches... esperando que el día que se acerca no sea como el que viviste... o sí, que lo sea... pero sólo un poco, para que puedas observar con tanta admiración las simplezas de la vida.

Hoy fue un día así.

No hay comentarios.: